Gracias Jesús por darnos la vida
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- Publicado: Lunes, 15 Abril 2019 14:32
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(Por: P. Giovanni Sabogal Osorio).- Estamos terminando el tiempo litúrgico de la Cuaresma, un tiempo privilegiado de preparación de nuestros corazones, en torno al corazón misericordioso del Hijo del Hombre para contemplar el misterio salvífico de Cristo, nuestro amado Señor, que se entrega por nosotros para nuestra redención.
Así como Jesús, es agradecido con su Padre, de igual manera, seamos agradecidos siempre con Papá Dios, por habernos dado a su Hijo. El evangelio de Mateo nos muestra el agradecimiento infinito y de corazón de Cristo con su Padre: "Jesús exclamó: Yo te doy gracias, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado. Mi Padre ha puesto todas las cosas en mis manos… Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso." (Mt 11, 25-30)
Gracias Jesús por darnos la vida, de habernos devuelto la vida, de concedernos la gracia de la vida eterna, de rescatar nuestra naturaleza humana caída, por medio de la pasión, muerte y Resurrección. Gracias Jesús, por mirarnos con ternura, misericordia y amor, por devolvernos la sonrisa de vivir, la sonrisa que después de la muerte sigue la vida, la vida con Dios.
Dios Padre, en su infinito amor, ha revelado el misterio de amor a la gente humilde y sencilla, como lo ha expresado el Evangelio de Mateo. Nunca dudemos de su amor, de su misericordia y la prueba por excelencia es el madero santo y la tumba vacía. Siempre debemos ir a sus brazos, a los brazos del salvador, como nos dice el mismo Cristo: “vengan a mí…” (Mt 11, 28)
Seamos siempre agradecidos con el Verbo de Dios, con la Santísima Trinidad, con nuestra conversión, nuestro testimonio de vida, nuestro compromiso eficaz con el hermano que espera de nosotros y con toda la creación. Nosotros somos peregrinos del cielo, porque Jesús nos ha concedido la vida eterna: "Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. El que vive, el que cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto? Ella contestó: Sí, Señor; yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo." (Jn 11, 25-27)
Gracias Jesús, gracias a la misericordia del Padre Dios, por devolvernos la vida, devolvernos la gracia. Vivamos eternamente agradecidos a Dios, viviendo y sirviendo como Cristo. ¡Gracias Señor!